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miércoles, 6 de agosto de 2014

Charla Sobre la Pobreza

E.O.R.M Cantón Esquipulas, San Martín Zapotitlán

Que Es la Pobreza

Es la situación o condición socio económica de la población que no puede acceder o carece de los recursos para satisfacer las necesidades físicas y psíquicas básicas que permiten un adecuado nivel y calidad de vida tales como la alimentación, la vivienda, la educación, la asistencia sanitaria o el acceso al agua potable. También se suelen considerar la falta de medios para poder acceder a tales recursos, como el desempleo, la falta de ingresos o un nivel bajo de los mismos. También puede ser el resultado de procesos de exclusión social, segregación social o marginación. En muchos países del tercer mundo, la situación de pobreza se presenta cuando no es posible cubrir las necesidades incluidas en la canasta básica de alimentos o se dan problemas de subdesarrollo.1
Según el Informe de Desarrollo Humano de 2014 del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) uno de cada cinco habitantes del mundo vive en situación de pobreza. Es decir, 1.500 millones de personas no tienen acceso a saneamientoagua potable,electricidad, educación básica o al sistema de salud, además de soportar carencias económicas incompatibles con una vida digna.1
En la mayoría de contextos sociales la pobreza se considera algo negativo y penoso, si bien en algunos ámbitos de carácter espiritual o religioso la pobreza voluntaria se considera una virtud por implicar la renuncia a los bienes materiales -voto monástico de pobreza-. Históricamente la pobreza ha sido valorada de muy distinta forma según la ideología o ideologías de cada época; así ocurría en        el pensamiento económico medieval. Distinta a la pobreza voluntaria es la vida austera o vida sencilla cercana a posiciones tanto espirituales como ecologistas -decrecimiento-.

Pobreza como falta de desarrollo humano

El enfoque más moderno sobre la pobreza lleva el sello del premio nobel Amartya Sen,4 y se inspira en la acepción primigenia de pobreza como falta de capacidad de producir o de realizar su potencial productivo. En este enfoque el énfasis está puesto no tanto en el resultado (ser pobre en el sentido de no disponer de ingresos o bienes suficientes) sino en el ser pobre como imposibilidad de alcanzar un mínimo de realización vital por verse privado de las capacidades, posibilidades, y derechos básicos para hacerlo. Esta forma de ver la pobreza se inspira, como Sen mismo lo destaca, en la filosofía aristotélica que define la “buena vida” como aquella en que se han realizado o florecido todas las capacidades encerradas en la naturaleza de los seres humanos (que según Aristóteles pueden ser muy diversas, como aquella que lleva a algunos a ser señores y a otros a seres clavos). Esta concepción es parte de la ontología o doctrina del ser de Aristóteles donde las cosas tienen una naturaleza que determina y fija las finalidades o plenitud de su desarrollo. Así, en la política nos dice que “la naturaleza de una cosa es precisamente su fin, y lo que es cada uno de los seres cuando ha alcanzado su completo desenvolvimiento se dice que es su propia naturaleza”. El pleno florecimiento humano requiere, según Aristóteles, de la polis o ciudad, como conjunto organizado y autosuficiente de seres humanos que han realizado sus diversas naturalezas y las ponen al servicio unos de otros.
Este concepto de pobreza, actualizado por Amartya Sen y despojado de sus rasgos incompatibles con una sociedad basada en la igualdad básica de los seres humanos, podría ser definido como pobreza de desarrollo humano. Este es el enfoque que ha sido instrumentalizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), estableciendo una serie de criterios de satisfacción de necesidades básicas –esperanza de vida, logros educacionales e ingreso, que son la base del así llamado Índice de Desarrollo Humano (IDH)– que formarían la base de recursos y habilidades que permiten el “desarrollo humano, definido como el proceso de ampliación de las opciones de las personas y mejora de las capacidades humanas (la diversidad de cosas que las personas pueden hacer o ser en la vida) y las libertades”.5 A partir de ello el PNUD ha elaborado un Índice de Pobreza Humana (IPH) que se describe de la siguiente manera: “En lugar de utilizar los ingresos para medir la pobreza, el IPH mide las dimensiones más básicas en que se manifiestan las privaciones: una vida corta, falta de educación básica y falta de acceso a los recursos públicos y privados.”6
El problema de este intento de instrumentalizar el enfoque de Sen radica en la reducción de sus elementos determinantes a algunas variables –como expectativa de vida,escolarización o ingreso disponible– que si bien son relativamente fáciles de medir dejan fuera del análisis del desarrollo a otros componentes esenciales del mismo como pueden ser la libertad individual o los derechos democráticos. Se reduce así la perspectiva de la pobreza de una manera que el mismo Sen ha considerado inaceptable: “La pobreza económica no es la única que empobrece la vida humana. Para identificar a los pobres debemos tener en cuenta, por ejemplo, la privación de los ciudadanos de regímenes autoritarios, desde Sudán a Corea del Norte, a los que se niegan la libertad política y los derechos civiles.”7
Esto muestra la dificultad de instrumentalizar satisfactoriamente el amplio enfoque de Sen y puede llevar a absurdos como llegar a considerar que quienes viven bajo regímenes fuertemente autoritarios o simplemente totalitarios gozan de mayor “desarrollo humano” que quienes viven en sociedades que respetan los derechos y las libertades humanas. Así, según el informe de 2009 del PNUD, Kuwait permitiría a su población un desarrollo humano más alto que, por ejemplo, Portugal o la República Checa, y Cuba se ubica a este respecto en mejor posición que Costa Rica o Rumanía.

Pobreza relativa como desigualdad

Otra forma muy común de usar el concepto de pobreza relativa es simplemente hacerlo sinónimo de una cierta medida de la distribución del ingreso en un país dado. Esta pobreza relativa aparente acostumbra a ser definida a partir de un umbral de ingreso medido como porcentaje del ingreso medio del país respectivo. Así por ejemplo, es usual llamar pobres o “en riesgo de pobreza” a todos aquellos que disponen de menos del 60% del ingreso disponible medio de la sociedad en que viven. Actualmente se aceptan comúnmente tres categorías derivadas de esta forma de medir la pobreza: la población que dispone entre un 50 y un 60% del ingreso medio es catalogada como “en riesgo de pobreza”, aquella que dispone entre 40 y 50% de ese ingreso es catalogada como “pobre” y la que dispone de menos del 40% se encontraría en “pobreza extrema”. En 2007dentro de la Unión Europea, que usa justamente estos porcentajes, el 6% de su población estaba en una condición de “pobreza extrema” (menos del 40% del ingreso disponible medio), esta cifra se elevaba al 10% si usamos la línea del 50% (pobreza) y al 17% si la línea se ubica en el 60% del ingreso medio. Esta es el mismo tipo de medición de la pobreza usada en España y según el cual un 20,8% de los españoles se encontraba en una situación de “pobreza relativa” o “riesgo de pobreza” el año 2010.13 Sin embargo, el poco sentido que tiene este tipo de mediciones de la pobreza relativa aparente se hace evidente cuando constatamos que en 2007 un luxemburgués se encontraba, según la UE, “en riesgo de pobreza” pudiendo disponer de un ingreso de hasta 17.575 euros anuales, mientras que el riesgo de pobreza de un rumano empezaba con apenas la décima parte, es decir, con 1.765 euros anuales del mismo poder adquisitivo.14 Esta forma de definir la pobreza puede llevar a resultados incluso más absurdos, como ser el poder constatar un gran aumento de la pobreza (relativa aparente) durante épocas de fuerte disminución de la pobreza (absoluta). Este es, por ejemplo, el caso de China durante los últimos tres decenios, durante los cuales un crecimiento económico espectacular ha sacado a más de 600 millones de chinos de la pobreza (absoluta) pero a la vez, en razón de una mayor desigualdad en la distribución del ingreso, ha aumentado rápidamente el número de pobres (relativos). En buenas cuentas, con esta medida de la pobreza relativa aparente podríamos llegar a considerar al país más pobre de la tierra como un país sin pobres si su distribución del ingreso fuese lo suficientemente pareja.



















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